HABITOS DE ALIMENTACION DE PACIENTES CON OBESIDAD

La obesidad severa es un problema de salud que tiene consecuencias médicas, emocionales y socioeconómicas. 

La etiología de la obesidad severa es multifactorial; no obstante, se sabe que los hábitos de alimentación representan un factor importante en su desarrollo. 


Causas de la obesidad



Las causas más comunes de la obesidad son el exceso de ingesta de alimentos y energía, es decir, el consumo excesivo de calorías y, en menor proporción, los trastornos endocrinos (hipotiroidismo), trastornos psicológicos (bulimia nerviosa), y factores genéticos.
El tratamiento para la obesidad se basa en un programa de modificación de hábitos donde se elabora una dieta individualizada y se combina con una práctica de ejercicio físico. Con todo ello se consigue un equilibrio energético negativo, es decir, que las calorías que se han consumido a lo largo del día superen a las que se han ingresado.

Dieta para combatir la obesidad


A continuación detallamos una serie de hábitos saludables y una tabla que sirva de guía para reducir la grasa de la alimentación diaria .



Se recomienda seguir una dieta individualizada, ajustada a las necesidades de cada individuo:

Coma correctamente: cinco comidas al día, no coma entre comidas, coma con bocados pequeños y mastique lentamente. Fraccionar la alimentación a lo largo del día evita el ayuno prolongado y la sensación de vacío en el estómago. Por consiguiente, se evita picotear entre horas.
Se recomienda una alimentación rica en fibra (verduras, legumbres, cereales integrales, fruta fresca) y pobre en grasas
Controle la cantidad de azúcares simples:
Como por ejemplo el azúcar, miel, mermelada, chocolate, pastelería, zumo envasados
Sustituya el azúcar o miel por edulcorante (sacarina, aspartamo).
Reduzca los alimentos que contienen muchas calorías y pocos nutrientes como los snacks, chips, bebidas azucaradas.
Remplace las bebidas azucaradas tipo bíter, cola, tónica, limonada…por su versión Light.
Se recomienda tener a mano tentempiés saludables como verduras troceadas (apio, zanahoria,…), fruta, lácteos descremados

Coma a diario lácteos descremados (queso fresco, yogur desnatado y leche desnatada o semidesnatada) y evite los enteros (nata, queso graso, mantequilla, yogur, helado) ricos en grasas saturadas.
Elija preferiblemente las carnes más magras ( pollo y pavo sin piel, conejo, ternera magra, solomillo de buey, lomo de cerdo, caballo) y quite la grasa visible antes de su cocinado.
Consuma más pescado que carne y un mínimo de 3-4 raciones de pescado a la semana.
Elija técnicas culinarias con poca grasa (plancha, horno, papillote, vapor, hervido y cocido) y evite los fritos, rebozados y guisos.

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